UNIVERSIDAD NORORIENTAL PRIVADA "GRAN MARISCAL DE AYACUCHO"
UNIVERSIDAD VALLE DEL MOMBOY
DECANATO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
MAESTRÍA EN GERENCIA EDUCATIVA
PROCESOS
INDIVIDUALES GRUPALES QUE ARTICULAN EL COMPORTAMIENTO ORGANIZACIONAL.
Participante:
Luzmar Masías
Barinas, julio de 2015
Procesos de grupos, equipo de trabajo,
comunicación, liderazgo manejo de poder.
El
trabajo colaborativo de un equipo cobra
relevancia debido a la complejidad en la que están inmersas las instituciones,
al enfrentar serios problemas de desigualdad, encontrar nuevas formas de
gestión que superen métodos tradicionales de administración, a los efectos de
desarrollar las competencias necesarias para enfrentar el futuro.
A pesar de las dificultades estructurales, es
imperante el trabajo en equipo, debido a que permite hacer frente a las
numerosas demandas o necesidades que se deben satisfacer. El trabajo en equipo implica la interacción
entre los miembros del colectivo o de la organización para reflexionar
críticamente sobre las prácticas, tomar decisiones sobre acciones de mejora o
resolver problemas sobre la base de un objetivo común.
Tal como lo señala Frigerio y Poggi, 2002, son
varias las circunstancias que obligan a
una organización a conformar equipos de trabajo; sin embargo lo que
generalmente marca el comienzo del trabajo colaborativo es la necesidad de
alcanzar acuerdos básicos, ya sea sobre la misión y visión de la organización,
sobre los métodos y estrategias o sobre
las formas de relacionarse, entre otros
tantos.
Fullan
y Hargreaves(2004) realizan las siguientes consideraciones: 1.-Quienes
participan en una situación compartida generan una autopercepción y unas
expectativas creadas en común, a través del lenguaje y de los referentes que
normalmente utilizan. 2.-La percepción así autoconstruida está relacionada con
los significados que emergen a partir de la propia relación. 3.- Las culturas
compartidas, las creencias comunes las
percepciones entre subgrupos, favorecen determinadas respuestas a los problemas
más comunes se convierten en recursos fuentes de aprendizaje para los recién
incorporados a la organización.
El
lograr un trabajo en equipo y colegiado, permitirá el establecimiento de
mayores vínculos entre los miembros de una organización y su dirección, para la
elaboración de criterios de trabajo comunes, convirtiendo de esta manera a las instituciones
en comunidades de aprendizaje, en centros de cultura de colaboración.
En
estos casos, la gestión escolar es participativa, se caracteriza porque los
miembros se involucran en tareas
proyectos comunes, que a su vez implican la participación de otras
organizaciones, empresas, lo que aumenta el sentido de pertenencia y contrarresta la soledad y la impotencia que
generalmente sienten en la escuela en relación con su contexto.
Entre los elementos que dificultan el trabajo
en equipo, es la modalidad del trabajo en solitario, como lo plantea Hargreaves
(2004), que viene siendo uno de los fenómenos que obstaculizan la
implementación de una práctica colectiva de trabajo. En los cetros escolares
esta modalidad de trabajo puede hacer referencia cuando las prácticas de aula
están aisladas del resto de la escuela.
Otra
dificultad estructural según Rodríguez (2000) se refiere a la falta de tiempo y
espacio para el trabajo grupal; es decir, la enorme incidencia, por ejemplo,
que tienen aspectos básicos como contar con un horario de coordinación común
que facilite el encuentro o con un espacio físico adecuado para reunir a todo
el equipo. Siendo esto causal de conflicto y que atenta contra las buenas
intenciones de trabajar en forma colegiada.
Entendiendo que un equipo de trabajo está
signado por la colaboración y el
debate, por la compartimentación de las percepciones y la confrontación de ideas en pos de la
consecución de determinados objetivos, esa modalidad de trabajo requiere
esfuerzos sistemáticos y permanente que le otorguen continuidad a los procesos;
siendo necesario para ello vencer toda dificultad: en un primer momento
clarificar los propósitos, establecer objetivos, acordar normas de
funcionamiento, explicitar los principios y valores compartidos que actuaran
como marco de referencia de la tarea colectiva.
Por
ende, todo equipo de trabajo necesita un líder que oficie de coordinador
referente a la tarea. Esa es la cabeza visible de la institución y habitualmente
ejerce la función de coordinador. Sin embargo, algunas situaciones requieren
que otros coordinadores apoyen la tarea del gerente, director como responsables
de diferentes equipos de trabajo.
Generalmente
la dirección es quien estructura la tarea grupal y define las funciones que
tendrá a su cargo y de las cuales debe tener dominio, para una buena gestión,
partiendo por clarificar el propósito de la tarea; definir los perfiles, roles
y responsabilidades de los participantes del equipo; establece las primeras
líneas de acción para desarrollar; explicitar las metas que se quieren lograr;
fijar los tiempos con los que se cuenta para alcanzar dichas metas; negociar
con el grupo las estrategias para implementar;
construir con el colectivo las normas de funcionamiento interno;
promover la autoevaluación sistemática del funcionamiento del equipo.
Es importante mencionar que los equipos no
logran funcionar en forma eficiente desde el inicio, sino que pasan por un
proceso evolutivo que es necesario conocer para impedir su estancamiento ante
dificultades o problemas y dirigirlo
hacia los objetivos que se ha fijado alcanzar. En función a ello Goleman (2002)
planea la importancia que adquiere el liderazgo del gerente, del director al
apoyar a los grupos en su tránsito por las diferentes etapas de madurez, en su evolución y desarrollo el grupo
pasa por unas etapas o fases: la
Inicial o de orientación, la de estructuración /
crecimiento, la de maduración e
integración del grupo y la etapa final.
En cada etapa el grupo debe aprender a enfrentarse a nuevas situaciones
y problemas y a desarrollar nuevas habilidades y actitudes. El conductor debe
conocer estas etapas y su papel a la hora de intervenir o no en el proceso que otorgue
poder a los miembros para la realización de las tareas asignadas; preste
especial atención a las relaciones interpersonales y los elementos de comunicación a fin de
minimizar los conflictos derivados de esos factores; utilizar técnicas y dinámicas grupales para la resolución de
problemas, siguiendo los pasos y las herramientas de análisis para cada etapa
de la secuencia; promueve la reflexión de la propia práctica la autoevaluación para revisar la marcha del
proceso en la consecución de los objetivos, además de los resultados.
Un
elemento clave para lograr el trabajo colegiado es la comunicación, ya que un
buen gerente cumple un papel importante como articulador y enlace entre las diversas instancias que
componen la compleja red en una organización. A su vez las fallas en la
comunicación interpersonal y organizacional, como por la ineficacia en el
manejo de los canales y medios para dar y recibir información, representan
barreras comunicacionales, al momento de aclarar posicionamientos diversos,
negociar la distribución de responsabilidades.
Según
Mintzberg (1999) afirma que para alcanzar una mejora sustancial en el manejo de
la comunicación e información se debe: presentar la información en forma
concreta y clara; dar a conocer la
información que afecta a los diferentes sectores; seleccionar un sistema ágil y eficaz para transmitir la información; establecer
canales claros de comunicación para que la información circule; asegurarse de
que todos los sectores implicados reciban la información al mismo tiempo.
Lograr
en una organización buenos sistemas de comunicación, que permitan contar con
suficiente información para detectar y comprender el origen de posibles ejes de
tención, es considerado importante por los líderes de toda organización. En ese
sentido, si la información o datos no se entregan al colectivo en tiempo y
formas para su socialización, no se logrará producir los procesos de reflexión
y participación de los actores y por
ende prima la interpretación subjetiva
para la toma de decisiones.
El proceso de comunicación dado en una organización,
tiene que ver con la estructura de relaciones
y vínculos de influencia entre los participantes o actores de la
organización.
•
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
FRIGERIO,
Graciela y POGGI, Margarita (2oo2). Las Instituciones Educativas, Cara
Ceca. Buenos Aires. Troquel.
FULLAN,
Micael y HARGREAVES, Andy (2oo4). La escuela que queremos. Los
objetivos por los que vale la pena
luchar. Buenos Aires. Amorrortu.
GOLEMAN,
Daniel (2OO2). El líder resonante crea más. El poder de la inteligencia
emocional. Buenos Aires. Plaza Janéz.
MINTZBERG,
Henry (1999). El poder en la organización. Barcelona. Ariel.
RODRÍGUEZ,
Dario (2oo1). Gestión organizacional. Santiago. Ediciones Universidad
Católica de Chile.
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